10 de set. 2011

La increíble historia del hombre normal





Se nos fue de las manos.



Todo empezó con el primer Colgate, el primer Estrella y el primer Motorola.

Eran productos buenos, pero eso no era suficiente. Muchos productos buenos de otras marcas, más de lo mismo, aprovecharon el mercado abierto por el que se atrevieron a crear los que llegaron primero. Binaca, Tenn, Nokia.
En un mundo con tanta competencia tienes que aportar el mejor valor añadido. Tienes que ser Colgate Triple Acción, Estrella Limón y Motorola ahora-con-SMS-y-pantalla-a-cuatro-líneas.



Vas al super a comprar dentífrico, y me apabulla la cantidad de opciones. El nombre y la descripción de las variantes es bastante aleatoria. El significado, el significante, el PVP y la exhuberancia de colores bailotean locamente en unas inmensas estanterías de pasta de dientes. Es frustrante.

De manera contrapuesta, unos teléfonos vende-felicidad arrasan el mercado a base de ordenarse por 2G, 3G, 3GS, 4 y 5. Hacerlo más complejo sería perjudicial para las ventas.

Me inspiro en esa idea. Compro la etiqueta "normal" y todos sus derechos asociados. La aplico a una marca de dentífrico. Más tarde, todas las marcas de dentífricos quieren tener una versión "normal" entre sus 50 variantes. Es la que más se vende. Y además, es la versión más cara, pero contenta al público: es clara, es honesta, es directa (es una balsa de aceite para el alma) y no tiene contraindicaciones. Y yo me llevo un porcentaje por derechos.


La aplico a más cosas: una carrera vertiginosa en la industria de los dentífricos, y al poco en todas las demás. Electrodomésticos, snacks, soportes digitales, coches, cosméticos.





Recientemente, Forbes me ha coronado como uno de los hombres más ricos del mundo, y mi ambición por ayudar a éste, que todo me lo ha dado y todo se lo merece, no tiene fin -parece que es lo único en mí que no es normal-.


He decidido crear el concepto "más normal™": la nueva línia que arrase en el mercado tendrá todavía menos prestaciones que la anterior, y unos colores más simples en el packaging, sea cual sea. También tengo pensado crear el concepto "todavía más normal", pero no quiero sacarlo todavía al mercado. Está claro que contribuïría a hacer el mundo todavía más feliz, pero yo también tengo derecho a ganar dinero mediante mi genio y creatividad, así que no lo sacaré al mercado hasta que la anterior haya calado, vendido y ayudado como debe.


En un futuro más hipotético vislumbro el concepto "ultranormalidad": es elegante, aunque "SuperNormal", como me ha propuesto mi mujer en el yate, tiene más pegada. En ropa urbana estoy pensando en un "normal DX" y para los productos del mundo digital me gustaría aplicar el "crossnormal" (no es un nombre definitivo), para indicar que un producto es tan acorde con la línia normal (©) y los estándares digitales que hasta tu abuelita lo podrá usar. De todos modos, antes que salgan al mercado, allá por el 2015, quiero someter estas ideas a revisión. Supongo que usaré grupos de estudio y encuestas para saber si serán aceptadas por el gran público: no quiero arriesgarme a nivel de ventas. Ni quiero perjudicar el bienestar de la humanidad, claro. Eso sería traicionar los principios de Normal Corp. Y los míos propios.


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